Un hueco especial en mi corazón
- Andrea Suárez
- 31 dic 2022
- 3 Min. de lectura
Mi nombre es Andrea Suárez, tengo 25 años y soy de Almassora, un pueblo de la provincia de Castellón.
Mi primer recuerdo delante de un animal es de cuando cumplí 16 años. Yo era super pesada con mi madre y quería hacer una capea y ponerme delante de una becerra a recortar, así que ella de sorpresa me organizó una para mi cumpleaños. Pero lo mejor fue que me lo dijo con la idea de ella en su cabeza de "a ver si te pilla, y así se te quita la tontería”, aunque le salió un poco mal. Además, vino de sorpresa el que para mí ha sido siempre mi ídolo en el mundo del recorte, David Sánchez “El Rata”, y la primera vez que me puse delante fue haciendo un alimón con él. Creo que nunca olvidaré ni ese momento, ni ese día, porque marcó un inicio en todo lo que ha sido el mundo del toro para mí. Desde pequeña mis padres me han llevado al bou al carrer, al toro embolado, a los concursos de recortes… He crecido con ello, y a medida que pasa el tiempo yo solo consigo estar más y más enamorada de este mundo.

Mi vida entera gira en torno al toro, y obviamente por la zona en la que vivo, en torno al bou al carrer. Esta es la mejor manera de dar a conocer el mundo del toro y de crear afición entre los más pequeños o con gente que nunca lo ha visto. La mejor manera de aprender y entender un poco más al animal y la forma en la que nosotros lo vivimos. Sin embargo, un aspecto negativo, y el único que realmente veo es, que a veces, se le olvida a la gente que está en la cara que el toro es el rey de todo esto y se le pierde mucho el respeto… No podemos olvidar que en torno a él gira todo, y que nosotros, como verdaderos aficionados y amantes de este mundo debemos ser los primeros en cuidarlo y tratarlo como se merece.
La primera vez que me puse delante de un toro recuerdo que estaba muy nerviosa pero, a la vez, tenía muchas muchas ganas. Estaba cumpliendo un sueño. Toda la vida había sido yo la que estaba en las gradas, viendo a mis ídolos salir a recortar, y justo en ese momento, era al revés. Me propuse simplemente disfrutar, y así fue. En esos momentos en los que te encuentras frente al toro es imposible pensar en otra cosa, o al menos, soy incapaz de hacerlo. A día de hoy, la sensación sigue siendo la misma, esas ganas, esa incertidumbre, esos nervios previos y ese respeto. El día que no sienta algo de eso, simplemente al pensarlo, será el día en que me deje de recortar. Si que es verdad que es difícil ver a mujeres recortando en estos eventos, pero yo lo vivo como un aficionado más. Es decir, desde dentro lo vivo como que voy a un sitio a hacer algo que me apasiona, que me llena y que es lo que más feliz me hace en este mundo. El animal, no distingue a quien tiene delante, y yo en mi caso tampoco. Voy a disfrutar, como se debe hacer seas hombre o mujer. Por otro lado, sí que es cierto que se nota que hay más expectación por parte del público al ver a mujeres en el ruedo, a veces para bien, porque recibimos muchos ánimos y palabras bonitas pero otras veces, vemos caras de incredulidad, de que no sienten que seamos capaces de hacerlo, y eso en los tiempos que corren es algo muy triste.
Gracias al bou al carrer tengo en mi vida a personas maravillosas, que son de mi familia sin serlo realmente. He vivido momentos inexplicables y sensaciones indescriptibles, y vivirlo desde dentro, me ha hecho ser la persona que soy hoy en día. El mundo del toro te exige tener una mentalidad, una madurez, una preparación o una responsabilidad muy importantes… y sé que sin esto, no tendría ni sería nada de lo que soy hoy.
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